Según define la Organización Internacional, la Protección Civil es el sistema por el que cada país proporciona la protección y la asistencia para todos ante cualquier tipo de accidente o catástrofe, así como la salvaguarda de los bienes y del medio ambiente.
En rasgos generales podemos concretar que la protección civil es la gestión de los servicios de emergencias de un país, extendida a todos los niveles, e involucrando a todas las partes.
Así pues, son protección civil el bombero que interviene en la extinción de un incendio y el rescate de las víctimas, el sanitario que atiende a los heridos y los traslada al hospital, el policía que controla el acceso de vehículos y personas a una zona siniestrada, el operador telefónico que atendió la llamada de emergencia, y el operador de radio que la transmitió al correspondiente servicio. También son protección civil el ciudadano que avisa a los servicios de emergencias, el que con conocimientos válidos para la ocasión realiza la primera intervención hasta que llegan los servicios especializados. Incluso el que sin conocimientos ayuda en lo que se le requiera también es protección civil. Porque Protección Civil somos todos.
Los organismos que regulan la protección civil suelen, además, definir una forma de participación ciudadana por la que se tenga a un grupo de personas preparadas para actuar ante catástrofes, en apoyo a los servicios de emergencias asalariados, y que sirvan como responsables en la organización de la ayuda ciudadana. En España estos colectivos se estructuran como Agrupaciones Municipales de Voluntarios de Protección Civil, gestionadas por los respectivos ayuntamientos.